Amiguitos y amiguitas, los dominios de este langostín se extienden de día en día. Con el bipedismo y la marcha erguida llegaron las ganas de explorar y de hacer el bandarra por nuevos rincones de nuestra geografía urbana. Y entre éstos, uno de los lugares predilectos es el parque.
El rey del mambo comprobando que todo está en orden hasta donde la vista alcanza
Aquí la personalidad langostinesca se expande en todas direcciones, y sus padres corren tras ella para que no se esmorre otra vez contra el suelo.
Aquí se refutan algunos presupuestos de las ciencias físico-naturales que se tenían por incontrovertibles. Por ejemplo, resulta que:
- la arena no sólo ES comestible, además es nutritiva. De hecho, está en la base de cualquier pirámide de alimentación equilibrada (igual que está en la base de las demás pirámides, como las de Gizeh; esto se ha denominado Teoría de la Gran Unificación Arenopiramidal)
- el movimiento continuo SÍ existe, para comprobarlo basta sentar al langostín en cualquier balancín o artilugio rotatorio y observar lo que ocurre (¡A la porra la Termodinámica!)
- si el péndulo de Foucault demuestra que la tierra gira rotacionalmente, el péndulo que forma el langostín en un columpio demuestra que no hace falta ser un planeta para tener una irresistible fuerza de atracción (Principio de Defina Usted Gravitación)
- y en fin, si hay quien se ha atrevido a decir que el Universo no tiene un centro, pues que se pase por el parque y trate de convencer al langostín, porque él defiende que sí que tiene, y que se encuentra exactamente en su cuerpo sandunguero (Teoría de La Relatividad No Es Para Mí)
Sube, mami, que te columpio. Mami... ¿mami? ¿Por qué corres?
Nosotros tomamos apuntes de ciencia avanzada mientras proveemos al langostín del modesto apoyo logístico que podemos facilitarle, es decir, agua, zumo, galletas, barquillos, pala, cubo, moldes para hacer figuritas de arena, rastrillo, cedazo, pelota, sombrilla, pañuelos de papel, toallitas húmedas, pañal de repuesto, cambiador, carrito, plástico impermeable, librillo de hojas duras, ibuprofeno, árnica, gorrito para el sol, y alguna cosa más que se nos olvida ahora.