domingo, 9 de enero de 2011

Tiembla, 2011, allá voy

El Langostín ha hecho balance de las Navidades y ha decidido que le han gustado tanto que piensa celebrarlas cada vez que le dé la gana. El calendario en manos del Langostín es como la plastilina o la arena del parque, se puede estirar, amasar, darle cualquier forma, y cuando te cansas, ¡zas! aplastamiento con la palma de la mano y vuelta a empezar.

Pero es que además el Langostín ha aprovechado para cumplir dos años... ¡los terribles dos años! The terrible twos!


Sí, los terribles dos... la neurociencia nos explica en este sencillo gráfico cómo funcionará desde ahora y durante 365 días el cerebro del Langostín...

Así que después que nadie diga que no se lo advertimos... 2011 será un año de sensaciones fuertes y mucha autoafirmación. Lo iremos contando, si sobrevivimos