sábado, 22 de noviembre de 2008
Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum Pum
Parece mentira, langostín, pero ya han pasado seis meses exactos desde que supimos que estabas ahí.
Al comienzo de todo, creo que lo más increíble de todo era pensar que, con tus dos centímetros escasos, ya tenías un corazón y que funcionaba a toda velocidad. Quizá por eso, cuando comenzamos a escribirte, le pusimos a este blog una banda sonora de latidos.
No tuvimos que esperar mucho para poder ver latir tu corazón, apenas un punto blanco intenso que parpadeaba en un monitor. Aunque parezca raro, el poder verlo no lo hizo menos increíble, sino todavía más.
Y cuatro meses desde que lo escuchamos por primera vez, latiendo a unas gloriosas 160 pulsaciones por minuto...
La semana pasada escuchamos todavía mejor, fuerte y rítmico, tu corazón en perfecto estado. Aurícula por aurícula y ventrículo por ventrículo, arterias y venas por separado, todo en orden, como nos dijo el Sabio de los Pezqueñines manejando sus increíbles artilugios.
Mientras, una pequeña Sirene que andaba por ahí en calidad de experta, porque de esto sabe mucho, revolucionaba los fondos marinos y retrataba la vida de los océanos con boli bic y esparadrapo.
Fue un día muy especial para los que lo vivimos juntos en una bonita Zarzuela de Mariscos, ¿no?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario