lunes, 18 de mayo de 2009
Arte
Ay langostín, langostín, qué callado te lo tenías.
Resulta que gracias a la amiga Begoña de Holanda has entrado en las salas de arte contemporáneo por la puerta grande: protagonizando tu propia exposición monográfica.
Estas instantáneas son del pasado fin de semana, del pase privado para la crítica: minutos antes de que las multitudes que hacen horas de cola ante la puerta del museo se arremolinen para gozar de esta excepcional experiencia artístico-pediátrica.
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1 comentario:
Ole que si, esta cosita va avanzando con pie firme y decidido. A la langosta y el langostino, ojito, que estos son los mas dificiles y divertidos.
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