No os creáis que es fácil sacarle fotos al langostín con todo lo que se mueve. Las que logramos subir al blog son producto de una rara combinación de suerte, reflejos y despiste o condescendencia por parte del sujeto. Detrás queda todo un Archivo Fotográfico de la Borrosidad y Fondo Documental para el Estudio de la Impericia Parental.
Por cierto, repasando veo que hay una cierta tendencia a la capucha en este niño, lo cual no sé si prefigura una inclinación a la estética hoodie o más bien a la trapense. La verdad es que entre uno y otro extremo se abre un amplio campo de inciertos futuribles, terreno propicio para el vacile y las ganas de fiesta, en el que el langostín se mueve como pez en el agua.
Y tanto que se mueve.
1 comentario:
será difícil pillarle de pose, pero cuando sale bien ¡¡¡¡qué bien sale!!!!
está superprecioso en esta foto
besos a los tres
tía raspa quasimexica
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