Para que quede claro que no es oro todo lo que reluce y para que no haya lugar al olvido, aquí expongo mis quejas que, en algún momento, espero sean atendidas y recompensadas:
1. cansancio extremo. Me faltan horas al día de descanso y sangre suficiente para el corazón
2. asco y más asco. Esto va a costar más recompensarlo. ¡las nauseas están prohibidas, langostino! Quiero comer lo que me de la gana!
3. pis.. pero como ya de por mí misma soy meona, lo único que echo en cara es que me despiertes por la noche. Ya sabes, a partir de las 8 de la noche no se bebe nada, y se acabó.
4.los peos, se llevan mal. Me preocupa si son ellos o eres tú quejándote..
5.lo de las tetas... lo perdono
En fin, ahora mismo no recuerdo más, pero estoy totalmente segura de que no tardaré en ampliarla.
Ya negociaremos
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1 comentario:
¡Muy bueno! No olvido, ni perdón. Luego lo negará todo, el marisco ése. ¿Quién inventó el cuento de la inocencia de l@s niñ@s?
Te has olvidado la hipersensibilidad olfativa, el mal dormir las primeras tres semanas, los cambios en el sentido del gusto (me has dejado plantado con mis creaciones culinarias ya unas cuantas veces), etc. etc.
P.S. ¿Por qué has quitado la foto del langostino? ¿Demasiado altiva para reconocer que es clavado a su padre? (cabezón, poco pelo, bracicorto...)
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